¿VALIENTE?

¿Valiente?

Todos los días, en algún lugar del mundo, en algún país, en alguna ciudad, en alguna casa, tal vez en la tuya…hoy fue en la mía…hay un “hombre” que por lo que está haciendo y está por hacer ningún adjetivo calificativo despectivo alcanza para nombrarlo, a quien todos los improperios le caben y no alcanzan…

El se piensa inteligente, capaz, audaz, se cree el mejor de todos los tipos que lo rodean, se cree el único e incomparable en su especie; un “hombre” que se siente “agobiado”, que la realidad que vive no es la realidad que quiere, que la vida que tiene no es la que desea, ni la que merece. Y cree que es momento de “tomar las riendas de su vida”, cree que escucha su corazón y que gana la libertad, pero vive algo que no es real, un espejismo… pierde el foco, el foco de lo bueno, de lo justo, de lo valedero, de su misión, y empieza a actuar en un plan en el que sí o sí tiene que lastimar, tiene que mentir, tiene ocultar, tiene que esquivar, no escucha a quienes suplican que se detenga; y se siente VALIENTE…

¿Valiente? Porque sale de noche y regresa a cualquier hora, porque miente a su esposa y miente a sus hijos…

Que se cree valiente mientras humilla y hiere hasta límites insoportables…

Que se siente “agobiado” por tener una esposa que lo ama y dos hijos que mas que amarlo lo idolatran y lo esperan…

Que se siente valiente por marcharse sin decir adiós, ni decir porqué…

Valiente porque un día vuelve, “da la cara” con aire de "victoria y éxito”, pisoteando un corazón que está partido en mil pedazos, escupiendo un alma que está atravesada hasta lo más profundo por la traición, por la traición de un “hombre” que se cree “valiente” porque decidió que marcharse y destrozar un hogar de años es lo mejor para “él”…

 

Valiente porque aseguras orgulloso haber “roto” mis reglas… ¿abandonar a tus hijos fue romper mis reglas?... por que a los demás les dices que no hay marcha atrás y a mi me dices que haga de cuenta que te fuiste de viaje… porque te atreves a decirme, en medio de mi desconcierto y angustia “después nos vamos a reír de todo esto”, como puedo reírme si no me dices cual es tu proyecto y tu fin, si simplemente de la noche a la mañana me excluyes a mi y a tus hijos de tu vida… 

 

Valiente porque andas con tu ropa a cuestas de un lado a otro, con tus miserias esparciéndolas y mostrándolas por el mundo como gran guerrero que consiguió una hazaña, que consiguió libertad, que consiguió“librarse" del "lastre" que implica una familia…

 

Valiente porque ni siquiera se toma un minuto de su día para preguntar cómo están sus hijos, para llamarlos, para verlos… porque cree que empezó a vivir su vida saliendo en las noches y durante el día con sus “amigos y amigas”,  que hasta hace muy poco aseguraba no tener… Mientras “ella” debe luchar por mantenerse de pie y sonreír; y ayudar a su hija a resolver sus tareas, sus dificultades, sus inquietudes… A sostener a sus hijos para que no sientan ni un poquito esa inmensa ausencia, ese vacío, que tarde o temprano durante el día se hace sentir porque el más pequeño que ni siquiera habla, pero reconoce y sabe nombrar a quienes ama, grita insistentemente “PAPÁ”… 

 

No sé lo que buscas, no sé lo que encontraste; sé que no estás solo, sé que son “dos”, DOS MISERABLES que se burlan y escupen en el presente y el futuro de dos inocentes niños…

Valiente porque eres arrogante y cruel, un manipulador que no reconoce su error y no sabe pedir perdón...

Valiente porque te volviste el manipulador ¡manipulado! por una persona perversa y maligna que no alcanza y que no merece ser llamada mujer... a la que no le importa nisiquiera su hija...y mucho menos tú...

Valiente porque no das la cara y te escudas detrás de un teléfono, detrás de un "enojo". 

Y te sientes valiente porque quieres tu felicidad pateando y aplastando la felicidad de quienes te aman… ¿Valiente?...

Y la lista se vuelve interminable. Y aunque ya lo sabes, pero no lo asumes, te lo digo: lo tuyo NO ES VALENTÍA, lo tuyo siempre fué y será COBARDÍA...

 

ASI. 

 

 

"La cobardía es la madre de la crueldad"

Michel E. de Montaigne.